En la mayoría de las especies animales, las hembras seleccionan una pareja adecuada basándose en características favorables como la fuerza y las características físicas imponentes. Esto asegura que la descendencia también tenga estas características favorables y asegure la supervivencia de la especie. Los machos en el reino animal se esfuerzan por esparcir sus semillas para asegurar la supervivencia de su acervo genético. Sin embargo, la temporada de apareamiento suele ser una vez al año, y en este breve período, solo los machos más atractivos conseguirán una pareja con éxito.

El caso es diferente con los humanos. Los seres humanos son receptivos a las relaciones sexuales durante la mayor parte del año. Por lo tanto, cuando los hombres insinúan mujeres atractivas o viceversa, no siempre es para encontrar un cónyuge adecuado. La mayoría de las veces es encontrar una pareja sexual para satisfacer sus impulsos sexuales básicos.